viernes, 17 de junio de 2011

Mis sueños son comunes a todos por Rotmi Enciso

Entrevista con Ofelia Medina Año 19 No. 153

Rotmi Enciso

Mis sueños son comunes a todos

Para Marlene, por las historias

25 películas, 24 obras de teatro, 7 telenovelas y dos discos forman parte de la trayectoria artística de Ofelia Medina, que con motivo de la promoción del disco Sor Juana Hoy, Un amoroso tormento, en el que canta huapangos , boleros y hasta rancheras con letras de Sor Juana Inés de la Cruz y música de Rafael Elizondo, nos dio esta entrevista en su casa.

Al ir subiendo las escaleras encontré entre mis pies a cada peldaño algunos de los premios que ha recibido; Heraldos, el Ariel y otros.

Después de contestar varias llamadas, despedir amigos y buscar el vestuario para la presentación del disco, Ofelia se sienta por fin frente a nosotras, mientras suspira y ríe.

¿Cuál fue tu sueño de niña?

Cuando era niña quería ser bailarina, quería estar en escena y la manera como comencé a hacerlo fue bailando. Desde los tres años fui estudiante de danza. Mi mayor diversión era esa, bailar. Fui una niña muy segura y querida, no tenia miedo a la oscuridad, saqué diez en toda la escuela , sin problema; no fue difícil nada.

Soy la segunda de 5 hermanos, debo de haber sido algo horrible para ellos, sobre todo para mis hermanas, porque los comparaban conmigo desde chiquitos.

Fuimos hijos de una mujer que nos crió disciplinadamente, cosa que a mi me parece rarísimo en los mexicanos, como que no planean la educación de sus hijos, como que lo padecen; mi mamá no lo padecía.

Mi papá era un hijo de familia, -soy de familia árabe-. Vivíamos en Mérida todos juntos, como se usa: el harem, en la casa del viejo los hijos se casan, vienen las mujeres y es la abuela la que controla todo. Mi mamá que ya era una universitaria, decidió tener sus hijos allá y después dijo: “Vámonos” . Como habían estudiado en el D. F. Decidieron probar fortuna y para mi papá significaba independizarse. Porque él se pudo quedar en casa de mis abuelos, hasta sin trabajar ni nada, ya después de que se muriera mi abuelo, heredar su parte. Pero no, quisieron venirse. En ese momento el D. F. Empezó a crecer de los ricos y luego de los pobres: cuando el campo se abandonó.

¿Cómo fue tu inicio en la actuación?

En teatro. Soy gente de teatro, mi primera obra fue H30 bajo la dirección de Alejandro Jodorowsky, continué haciendo teatro y mas tarde me propusieron hacer un papel estelar en la película Patsi mi amor, de Manuel Michel, donde recibí el premio a la revelación. En T. V. comencé en un programa que se llamaba Cosa Juzgada y luego me propusieron la telenovela Lucia Sombra.

Así siguió mi vida hasta que me fui a Los Ángeles como premio. Después de una telenovela que fue un éxito, Emilio Azacárraga me mando a llamar para preguntarme que qué quería yo, que me daba un regalo. Mándame a estudia un año fuera de México –dije- ¿Qué quieres estudiar? –preguntó-. Actuación. Estás loca, si eres muy nuena actriz.

Me fui un año a Los Ángeles a estudiar actuación.

¿Y qué aprendiste?

Más que nada un lenguaje de comunicación. –Ofelia se levanta, recorre el espacio donde estamos, y actúa lo que va diciendo-. En México la mayoría de los directores de cine y T. V. No manejan un lenguaje técnico, no conocen una terminología, ningún director es actor y nos deprecian. Te dicen: “la escena es que llegas a decirle a ella que su mamá se murió, vas a entrar por aquí, dices el texto cuando llegas aquí, y te sientas. OK? ¿Todos listos? ¡Corre cámara!

Note dan oportunidad ni a ti, ni a mi, e ¿cómo estás cuando yo llegue? Si estas tranquila o no; crear tu estado. Entonces, yo no vengo tranquila, ya sé que traigo cara de que tu mamá se murió o de ocultar que lo sé.

Aprendí como preguntar al director lo que quiere y crear atmósferas, porque si no, pasa lo que en esta tele mexicana ¡Corre cámara! Entran como si nada y de repente dicen: oye, ¿sabes que tu mamá se murió? –se ríe-.

¿Qué pasó después?

Regresé justo cuando empezaron los problemas de la ANDA. De Hacienda comenzaron a llamar a todos los actores, diciéndonos que iban a encarcelarnos porque no habíamos pagado los impuestos. Cuando el sindicato nos entregaba nuestro cheque ya venían descontadas las prestaciones sindicales y los impuestos, pero se los gastaron. Nos dimos cuenta de eso, fuimos a pedirle cuentas al sindicato. Nos sacaron de la asamblea; se decidió hacer un sindicato independiente, que no podía trabajar más que en T. V. Porque no estaba afiliado a la C. T. M.

Emilio Azcárraga acababa de estrenar Televicine y quería que hiciéramos una película. No puedo hacer películas porque estoy fuera del sindicato – le dije- . Pues regresa al sindicato. No quiero. Tienes que trabajar. Dije no, y me sacó.

¿Fue tu primera disidencia social?

Si, pero nos fue muy mal, fue un movimiento perdido. Resistimos tres años, Todos, uno por uno fueron regresando y finalmente en grupo. No hubo manera de generar fuentes de trabajo independientes.

Fue un movimiento muy importante a nivel social

Si, pero internamente para nosotros fue muy frustrante. Después de algún tiempo Emilio volvió a llamarme para preguntarme qué era lo que iba a hacer. Le dije –en ese momento se me ocurrió- quiero hacer la vida de una mujer, así como María Conesa. Hicimos la telenovela Toda una vida.

¿En que momento te llama la atención la lucha social?

Siempre, no es que de repente te nace. Ha sido siempre.

¿Cómo lo combinas con tu carrera?

Yo no tengo una carrera, no es una carrera, Hay vida; es mi vida. No es que una sea mi carrera artística y otra mi carrera social. No es carrera porque carrera quiere decir corriendo y correr me da mucha flojera. No racionalizo si soy de una manera u otra; siento que eso es perder el tiempo. No me pienso a mi. –Me mira, levanta un poco la ceja izquierda y se queda en silencio por un momento-.

El primero de Enero de 1994 hay un cambio, fue todo un proceso, primero fue una cosa humanitaria y de ayuda y de ir conociendo, y a fin de año que hicimos la huelga de hambre, ya hay una definición. He decidido ser zapatista. Ahora, tal vez si esta primero eso.

¿Haz tenido problemas por serlo?

Si, hay gente que le da miedo trabajar conmigo o que piensa que no le van a dar dinero si participo yo, porque soy una persona molesta para las instituciones. Hay gente que no me habla. El día que fui al concierto de Chabela Vargas en Bellas Artes, que fue fantástico, hubo gente que me vio de lejos y al cruzarnos coloque volteaban a otro lado, como que no me reconocieron. Piensan que me viene siguiendo Gobernación y que todos mis amigos están involucrados. Alguna gente se siente comprometida de estar en un lugar público conmigo.

¿Cómo sientes esta situación?

Raro, porque me esta pasando desde hace poco. Si, siento raro. Pero al mismo tiempo que pasa eso, también hay gente que nunca había sido tan abiertamente solidaria.

¿Hay alguna persona que ha influido en tu vida?

Muchas, como por ejemplo, Julio Castillo, Juan Ibañez, que fue mi marido y era mi director, Jesusa, Fiona Alexander y muchas otras personas.

¿Cuál sería para ti una verdadera pasión?

¿Cuál sería…? Varias –suelta una carcajada-.

¿Qué significa este tiempo tan determinante que vivimos en México para ti?

Estos son los momentos de la esperanza. Están pasando cosas tan maravillosas. Somos tan privilegiados de vivir este momento, aunque es tan doloroso, tan terrible. Esta es la historia y tenemos el privilegio de cambiar algo. En el 93las conversaciones eran tan depresivas; no había líderes, no había ideales, y 1994 para mi fue: ¡Cómo que no hay! Ahí esta el ejemplo de esas mujeres indígenas campesinas organizadas, son de verdad. Y están surgiendo cualquier cantidad de expresiones artísticas a raíz de eso, de nosotros los zapatistas urbanos, de los zapatistas de tacón.

Y por último. ¿Hay un sueño que no hayas realizado en tu vida?

El que mi camino haya sido fácil, no quiere decir que haya logrado lo que sueño. He sido muy privilegiad, eso es real, nunca he hecho un papel secundario. Todo ha sido fortuito, en mis logros personales soy afortunadísima, pero mis sueños son comunes a todos.

Lavinia y su hermana Emily por Rotmi Enciso

Año 29 No. 260

Lavinia y su hermana Emily

Rotmi Enciso

Uno de los acontecimientos mas dolorosos y sorprendentes en nuestra vida es la muerte de un ser querido. Morimos en parte al mismo tiempo. Muere un trozo de la historia compartida y no encontramos consuelo. La muerte es el suceso que nos hace ver la vida desde la muerte misma. La orilla del abismo se asoma para hacernos sentir el vértigo.
 Cuando murió mi hermana Olivia (hace 19 meses) yo morí con ella, cuando abrí mis ojos de nuevo y me di cuenta que seguía viva me dolió el cuerpo, me dolió el viento, me dolió profundamente sentir que yo si estaba viva y entonces quería morir, ( morir de verás), morir con Oli, morir, simplemente morir. Pero seguí viva y volví a caminar, a veces mas lento, a veces sin tiempo. Me fui unas semanas a un lugar donde las montañas (inmensas) estaban frente a mi y todos los días el amanecer era un espectáculo maravilloso, y ahí en una cita cotidiana llegaba puntual un pajarito (un poco azul, un poco rojo) dando par de toquecitos con su pico en mi ventana y yo esperanzada le decía “Hola Oli”, quería creer que era mi hermanita convertida en pájaro y venia a darme un saludo para mitigar mi tristeza., después llegó el duelo. 
El duelo es un camino que cada quien recorre como puede, no hay un plan oficial, no hay letreros que seguir, solo te tomas el pulso, respiras profundo y te agarras de donde puedas.
 Durante el mismo y con deseos de refugiarme en algo escrito que abrazara mi corazón encontré en una librería el libro de Paola Kaufmann (adivinen como se llama) La hermana.

 Paola Kaufmann (Argentina) narra la historia de la familia Dickinson a través de la mirada de Lavinia (Vinnie).
 Vinnie es la hermana menor de la poeta Emily Dickinson (1830-1886) Austin el hermano mayor y de la unión en matrimonio con Sue entran a escena Ned, Mattie y Gilbert.
 Contando a Madre y Padre se suman nueve integrantes en la familia Dickinson.
 Lavinia se lamenta de ser tachada como superficial, la pequeña de vestidos escotados, pretendientes y cancioncitas estúpidas. Pero a eso no da tanta importancia y Lavinia sobrevive a la familia como un mandato de las diosas, como si hubiera nacido solamente para ser espectadora de la vida de los otros, de su familia y atreverse en un punto a escribirla…

“De mi nunca se ha esperado que escriba. De hecho, nunca se ha esperado nada en particular. De Austin se esperaba el orden, Austin era la ley, y eso se pretendía de él. Emily, por el contrario, era quien tenía el noble oficio de pensar en esta familia de monarcas regios y autosuficientes.”

Lavinia entró a la habitación de Emily dos meses después de su entierro,(acompañada de sus dos gatos) el miedo la paralizaba, el miedo inmenso a descubrir lo que había dejado detrás de sí. De primera vista creyó encontrarla de espaldas a la puerta, ensimismada (como siempre) en su lectura, tomando apuntes, manchadas las manos de tinta.
 Se quedó parada unos instantes sin evitar el llanto, y al posar sus ojos sobre las cobijas de la cama perfectamente estiradas sintió que ese cuarto le era tan extraño como lo había sido su propia hermana, su hermana que había querido tanto. 

Recordó la procesión al cementerio, las palabras de nadie. Quince años de reclusión en su cuarto la llevaron al olvido y la convirtieron en misterio.

 Atados en fascículos fueron encontrados por Lavinia miles de poemas escritos por las manos de los veinte, de los treinta, cuarenta, y cincuenta años de Emily Dickinson.
 Los coloco uno a uno sobre la mesa, sobre el piso, sobre donde pudiera, como quien analiza el camino de su propia historia.
 Los dejo así mismo por un tiempo mientras un solo deseo crecía en su corazón: 
publicarlos. 

Recurrió primeramente a su cuñada Sue. La amiga eterna de Emily y seguramente (no se sabe de cierto) su gran amor, para buscar apoyo en el proceso de publicarlos y Sue al final de dos años de pensarlo no se atrevió a hacerlo. 
Entonces Lavinnia se vio limitada a preguntar a su último recurso que era Mabel Loomis Todd (conocida de la familia) la cual se convirtió en la amante de Austin, la pasión fallida de Ned, maestra de piano de Mattie y la que al final de los finales tomará como suya la obra de Emily Dickinson (heredando a su hija la obsesión por los mismos) asegurando en algún momento que ella fue la amiga intima de la poeta, cuando nunca la vio en persona. Ni viva, ni muerta.

 El recuerdo es un sustituto demasiado pobre de la realidad; imposible predecir qué es lo que uno recordará con nitidez, e incluso hacer el esfuerzo de traer a la memoria algo en particular no sirve de mucho: uno recuerda como al azar lo que quiere y lo que no quiere, lo que sirve tanto como lo inútil. Pero más extraña es todavía la forma en que distintas personas recuerdan lo mismo.



El orden de la Muerte

Primero murió el Padre, tiempo adelante la Madre se cae de las escaleras y se rompe la cadera, queda en cama con los sentidos intactos y el cuerpo destrozado, se va muriendo poco a poco. Gilbert (el menor de los sobrinos) muere de una fiebre que lo fue debilitando lentamente. Emily le detectan la enfermedad de Bright (dolencia incurable de la sangre) que produce debilidad. Austin muere de un ataque al corazón. Después Ned y mas tarde Sue.



La cita



Lavinia camina y se asombra de todavía poder llegar con su poca fuerza a la tumba de Emily, con lirios en la mano le platica, le recuerda la magnolia de la casa, si la vieras parece vestida de blanco como una novia orgullosa.
 A Lavinia solo le quedan los muertos, los papeles, las cartas, los gatos y Maggie la mujer irlandesa que contra viento y marea continua haciendo las tareas de la casa. 

Desde la muerte de Emily, Lavinia tiene un sueño repetido. Se ve sentada frente a la cama de Emily, esta última inconsciente desde hace semanas, la enfermedad la ha llevado a un lugar sin retorno, todo esta oscuro. El silencio se rompe por pequeños sonidos de madera que chocan (parecen quejidos). Sabe que no despertará, que no abrirá sus ojos una vez más para despedirse, se siente sola, sabe que espera su muerte para dar fin a tanta agonía. 
Lavinia se sumerge en imágenes que dan vida y al mismo tiempo muerte a su hermana, lucha desesperadamente. Se aferra a la mano de Emily y grita...despierta llorando, siente las manos de Emily entre las suyas, tienen su calor y sin embargo se da cuenta que no están, que fue un sueño, aprieta sus manos contra nada, se ahoga en el vacío y siente como si ella misma estuviera muriendo...

 Lavinia Norcross Dickinson murió el 31 de agosto de 1899. Dejó a Maggie algunas instrucciones acerca de otros poemas de Emily hallados en los últimos años. 
Maggie desapareció después del funeral de Vinnie y nunca se supo su paradero.
 Par de cosas le hizo prometer a Mattie (la única sobreviviente de los Dickinson) antes de morir Lavinia: la primera que quemara toda su correspondencia y la segunda que nunca cediera al dolor, ni a la sensación de orfandad.

Mirar el Azul por Rotmi Enciso

Año 28 No. 153

MIRAR EL AZUL

Rotmi Enciso

CENIZAS

Tardé en darme cuenta que era a mí a quién iban a entregar las cenizas de Oli. Era muy fuerte pensar en eso. Pasamos 22 días juntas en el hospital y ahora regreso a mi casa con las cenizas de Oli en mis brazos. Me explico ahora porque no pude nunca despedirme.

Ella se entregó a mí y aún cuando ya no tengo sus cenizas a mi lado sigue aquí...dentro, muy dentro de mi corazón

FUERZA DE ATRACCIÓN INEVITABLE

Niñas fuimos y la vida una aventura por vivir. Mano a mano, paso a paso, mi compañera de vida, de suerte, de los días de la infancia, de las tardes de la adolescencia, de los juegos y los ritos, de los cuerpos que cambian y se transforman en otros, mientras que nuestros brazos siguen entrelazados. Mi espejo, mi cómplice, mi niña, mi nena...mi hermana, mi Oli, mi más grande amor.

42 AÑOS

Mi niña Oli de cuarenta y dos años se quedó estacionada por ahí en la adolescencia. Se llenó de estrellas y fantasías, de duendes y princesas. Su niña me llama, la abrigo, le doy cariño, la apapacho. Su niña es dulce y tierna. Hace berrinches y a mi me gustan. Le doy de comer en la boca. Le peleo para que coma un poquito más cada vez, la obligo a comerse las verduras que no le gustan y me deja de hablar, me hace muecas.

CORDURA

Nada se parece a nada, vivo en otra dimensión, me siento todo el tiempo dentro de la más cruel pesadilla, sólo cuando duermo escapo de esta realidad y despertar me duele, me duele abrir los ojos, me duele todo el cuerpo, me duelen los sentidos, no quiero vivir esto. Es muy doloroso ver sufrir a quien amas , es tremendo hacerte la fuerte todo el tiempo, no demostrar el sufrimiento, esta cordura necesaria me tiene loca, no tengo espacio para sentir, no tengo tiempo, no quiero que Oli vea la dimensión de mi dolor y entonces me río, le hago bromas, le cuento historias.

ESTOY AQUÍ

Le repito incansablemente. Aprieto su mano, le canto, le platico, le leo cartas, le doy masaje. Estoy aquí y no voy a irme, no estás sola, aquí estoy, aquí estoy contigo. Te quiero, tu sabes cuanto te quiero.

ME OLVIDO DE MI

No hay rastro de mi vida, de mi ocupación, de mis pendientes, de mi cámara de foto. Sigo el ritmo de los días, la incertidumbre de cada momento, la lista de medicamentos, la preocupación de tener lo necesario, el equilibrio ante el abismo.

LA SUTIL DIFERENCIA

La muerte toma la escena, se pasea por los pasillos, abre la puerta y nos da frio.

O es mi piel la que se hiela, es mi alma. No te acerques –le pido-. No te rindas –le digo a Oli-. No te vayas. Lucha por vivir, por vivir. Siento la fragilidad de la vida, todo se rompe, se crispa, todo pierde su valor. Quiero su sonrisa, su vitalidad, su fuerza. Quiero tomara de la mano y llevarla conmigo.

QUIERO A OLI VIVA

Habitantes del destiempo, compañeras de la casualidad y circunstancia.

Las habitantes de este cuarto son todas mujeres –como muchas veces en mi vida me encuentro rodeada solamente de mujeres- de distintas edades y en diferentes procesos de enfermedad. De una sola enfermedad; leucemia.

Reyna tiene 17 años, morena de piel, ojos negros, bonita, muy bonita.

Felipa tiene como 40 años y a veces me mira con sus ojos de niña y me hace señas saludándome.

Yolanda es vendedora de hierbas medicinales, hoy cumple dos meses en tratamiento.

Cristina esta en sus treintas. Delgada y con mirada sin destino. Es de las pocas que pueden ponerse en pie y caminar algunos pasos.

Gloria tiene sesenta y tres años. No habla mucho, busca la luz del cielo cada tanto.

Recién se fue Felicita, una mujer mayor que no tenía más dinero para sus medicamentos y su esposo decidió llevarla a casa. Si se me muere en el camino ya es mi bronca –dijo-.

Oli, mi Oli tiene 42 años cumplidos, sonríe por cualquier cosa y cautiva con su carisma a enfermeras y doctoras.

TIEMPO

El tiempo es tiempo y mide lo mismo dentro de este cuarto subdividido en seis escenarios, seis historias; el tiempo se pasa indescriptiblemente sin tiempo…no hay días, no hay números, no hay nombres para el tiempo…todo es denso.

La mirada se pierde, el pensamiento va y viene, aterrizo mis ojos en el rostro de Oli, esta durmiendo, con apenas una bata de algodón azul de vestuario y una diadema que fabricó con un trozo de cobija, la contemplo;, parece tan grande, tan fuerte, tan inmensa y al mismo tiempo tan frágil. Siento el deseo de cobijarla bajo mis brazos. Duerme y vuela, duerme y todo esto me parece un sueño. Un mal sueño. Duerme y quisiera que todo esto no estuviera sucediendo.

EL BAÑO

El baño de este hospital no es como el de mi casa, es frío y lo evito. El espejo es medio gris y e reflejo de mi misma es una locura. Me doy cuenta que hace días no me peino. Mis ojos están tristes , un tanto rojos. No encuentro el momento para sentir o más bien dejarme sentir lo que esta sucediendo, necesito cordura para bregar con todo al mismo tiempo.

Hablar con las doctoras, recibir escasa información. Todo el tiempo los estudios están en proceso. “ A su pacientita- me dice muy seria la jefa de las doctoras residentes en solo cinco minutos de visita diaria- le vamos hacer un estudio , porque fíjese que es muy extraña la leucemia que tiene y en un par de días le damos los resultados”. Hago muchas preguntas…preguntas que no tienen respuesta…no sé exactamente que tiene mi hermana.

MIRAR EL AZUL

“Bueno, su pacientita se está complicando y hay probabilidades de que pueda fallecer”. La doctora seguía hablando y era solo el eco de su primera frase la que se repetía mientras parpadeaba constantemente y hacía ademanes de saberlo todo. Me llevo las manos a la cara, siento todo y nada al mismo tiempo, se abre un abismo en el piso, siento que me caigo, siento que me voy a desmayar… pero no puedo, me detengo del filo de la ventana y respiro profundamente.

Mirar el azul, tengo en el pecho una herida que no sangra…todavía.

Lo demás sin más detalles es muerte, la muerte que se va acercando lentamente hacia Oli.

La muerte que no cederá ante mi esperanza, ante la vida. La muerte que se sienta al lado, sigilosa.

No me voy, me quedo, Oli está sedada inconsciente. Conectada a tres aparatos que me erizan a cada timbrazo. Se enciende un botón, después en otro, se pagan, se vuelven a encender. Ritmo cruel para la espera, sobresalto a la continua incertidumbre.

DE LUZ LA NOCHE

Es de noche, todas duermen, dormitan.

Sus corazones laten a destiempo –al ritmo de la muerte que amenaza-. El silencio ocupa la habitación, se filtran destellos de luces de los autos qua pasan, pequeñas luces de la ciudad se asoman por la ventana. Tomo un respiro. Pienso en la risa. Entre Oli y yo la risa ha sido fundamento, raíz, conjuro.

Esta noche jugamos un rato, vaya si nos divertimos.

Bolitas de algodón se cruzaban por los cielos. Las demás habitantes nos miraban con asombro, con curiosidad. Por semanas el dolor nos ha hecho olvidarnos de la risa. Oli cerró los ojos. La risa la llevó al sueño.

SOMATIZA Y PODRÁS HUIR POR LA PUERTA DE ATRÁS

Mi madre, nuestra madre de Oli y mía, tiene mucho miedo a la muerte y no sólo eso, parece que le da miedo la vida. Qué extraño tenerle miedo a la vida y a la muerte al mismo tiempo. No hay esquina.

Mi madre se empeña en buscar la solución a sus problemas en la enfermedad y lo logra. Me llama y me dice que tiene laringitis, mucha fiebre y mucho de todo. Ahí luego te llamo. –se despide-.

Mi hermana Mariela, la más grande de la tres, piensa que es responsabilidad de mi Mamá venir a cuidar a Oli y se retira.

Yo, ¿quién diablos soy yo? Soy Rotmi, la hija menor –me digo yo--- y aquí estoy al frente de todo. Todavía no sé que es exactamente todo pero aquí estoy, dejando mi vida afuera… me doy cuenta que ya no tengo vida. Soy una habitante más de este hospital.

Soy unos zapatos que caminan.

JANETE

Cada tarde viene Janete a visitar a Oli. De contrabando le trae chocolates. Fueron novias ocho años y después se convirtieron en familia durante veinte más. Han estado juntas en las buenas, en las malas y en las peores y terribles circunstancias. A través de este tiempo he creado un cariño especial hacia Janete por el amor que le tiene a mi hermana. A veces se queda dos horas, o parte de la tarde, eso me da tiempo para ir a mi ex-casa, darme un baño, cambiarme de ropa, tomar un café . Me da tiempo de salir por unas horas al mundo exterior.

BESOS DE AZUCAR

Juego con los dedos de sus pies – ya sé que esta harta del colchón del hospital- le pongo nombre a cada uno de sus dedos y se arma la historia.

Sus brazos, dos alas que esperan abrirse. Su vientre se pone en duda si lo que en realidad hay dentro son un par de bebés y ella me engaña con lo de la leucemia. ¿Por qué no pares de una vez? Quiero ver a mis sobrinos. ¿O a caso te comiste un oso? No responde nada, sólo sonríe. Acaricio su espalda hasta que la logro dormir. Todas las noches tiene cita con el insomnio, sólo la luz del amanecer la hace descansar. La beso, la lleno de besos y le repito muchas veces que es la más bonita.

HOTEL CINCO ESTRELLAS

Haz de cuenta que estamos en un hotel de cinco estrellas – le digo a Oli mientras de reojo miro al muchacho que reparte los desayunos- Llamo a la recepción desde mi celular. “Hola buenos días, me puede traer el desayuno inmediatamente? Habitación 347 –enfatizo- . Cuelgo y miro a Oli con mi mejor sonrisa. El muchacho pone el desayuno en la mesita. ¿Ves qué rápido es el servicio aquí?.

PASILLOS, ESPACIO DE ESPERA DESESPERA

Vienen los residentes y doctoras dos veces por día. Nos piden salir a todos los cuidadores.

Uno a uno colgamos nuestras batas en el perchero. Estiramos el cuerpo, caminamos dando vueltas, nos detenemos, mostramos por un instante nuestro cansancio. La fatiga del destiempo. Nos quitamos el tapa boca y respiramos. El corredor es nuestro sitio de espera.

Cuando cae la tarde los cuerpos se convierten en siluetas tras la luz que se filtra. Se puede ver la expresión corporal. Nuestros cuerpos están quebrados y crean formas. Hay mucha tristeza, incertidumbre, desconsuelo, impotencia. Es curioso pero nuestras miradas no chocan, todas tienen un destino diferente, incierto, impreciso. Miramos sin mirar, miramos hacia dentro, hacia dentro de nuestros miedos, de nuestra esperanza congelada, del deseo de salir de ahí.

Todos llevamos nuestra sombra encima nuestro.

AGUA DERRAMADA

Oli tiene neumonía, la tos implacable la agota a cada instante. Logro dormirla susurrándole historia, acariciando su frente, su espalda. La tranquilidad se rompe de golpe bajo los gritos de un cura X. ¿Cómo están? Grita desde la puerta como si estuviéramos arriba en un cerro. -¡Silencio!- le digo, él sigue. ¿Ya se confesaron? ¿Ustedes están casados por la iglesia? No puedo creer lo que estoy escuchando. Una a una le responden sin cuestionarle nada a él. ¡Hey! Este es un país laico. Es un hospital laico. A caso este señor no sabe lo que quiere decir eso. Oli y yo cerramos los ojos para pasar desapercibidas pero el cura se acerca a ella y le grita al oído. ¿Qué no ve que esta dormida mi hermana? ¿Cómo está? –me responde-. Yo estoy bien y mi hermana esta dormida, siga su camino. No tienes que ser descortés, seguramente ella me está escuchando. Eso es seguro, porque usted no habla; grita. Y no estoy siendo descortés; le agradezco su presencia y aún más le agradezco que siga su camino.

Me mira indiferente mientras se recarga en la mesa, tira las botellas de agua que espléndidamente se derrama sobre el piso. ¿Ya vió lo que me hizo hacer? –me mira molesto-.

INEVITABLE

El dolor y la angustia se han convertido en mi piel, son mi ventana y mi reflejo. Tengo miedo y al mismo tiempo esperanza de que Oli si ga y pueda, siga y quiera vivir. ¿Morir o vivir?

Es su cuerpo el que nos traiciona. Exteriormente se mira muy bien, dentro de ella hay un desorden, un caos; se agita, se agota, se cansa.

Yo le apuesto a la vida, le apuesto al amor sin medias tintas. El amor es una locura gratuita e inevitable. El amor es un banquete donde degustan dos; una amante y una amada. ¿Cuál soy yo? Soy la amante dispuesta a todo, la que da, la que conforta, la que cede. Ella es mi amada y aquí me tiene, no me importa olvidarme de mi, quiero darle todo. Mi amor por esta muchacha linda es nítido, es raíz, es mi sangre, es mi luz, mi música . Amor de estrellas. Esta es una cita de amor con Oli y no quiero creer que tal vez sea la última.

OPERACIÓN VACUNA

A ver madre, vamos a operar a su hermana del bazo porque ya no es vaso, es jarra y entonces está absorbiendo los poderes que le transfundimos. Necesitamos que surta esta receta. El medicamento no lo venden en farmacias comunes, sólo en laboratorios, por cierto, es muy difícil encontrarlo, busque información en este número telefónico.

La aventura de llamar, buscar, preguntar, ir, venir, volver a ir, dura cinco horas, regreso al hospital con la vacuna bako el brazo.

MÁS TARDE

Baje a pagar este estudio porque fíjese que el que le hicimos se perdió y hay que volverlo a hacer. En algunos días tendremos el resultado.

ÁNGELES VOLAR

¡Rotmi! Ayer me visitó un ángel y se sentó junto a mí, sólo me miraba y sonreía, era un ángel negro. Sonreía de oreja a oreja, creo que me quería decir algo. Después pasó otro volando hace un rato, se detuvo junto a mí y me sonrío. ¿Tu me crees? Si, si te creo.

ESTADO CIVIL

¿Estado civil? Pregunta la Doctora mientras teclea torpemente una máquina de escribir llenando la carta de defunción.

Mujeriega –respondo-. Fue amada por muchas mujeres y muchos hombres.

¿Ocupación? –Vivir-.

Pase a Patología.

PATOLOGÍA O TRAUMATOLOGÍA

Aquí nadie te anuncia que en unos momentos tienes que reconocer el cuerpo y que van a romper de un tiro la sabana para descubris solo el rostro.

Oli se ve como durmiendo, todavía tiene el mismo gesto de los días de sueño.

Le doy un beso ante los ojos atónitos del personal. Acaricio su mejilla. Ya nos vamos, ya nos vamos –le susurro-.

DEJAR IR

Dice mi amiga Rosamaría Roffiel que cuando un ser querido está en agonía percibe el amor y no puede morir porque siente que no puede dejarte y que hay que alejarse para que pueda hacerlo. Así fue. Oli murió al lado de Mariela a las 5.45 del amanecer de un viernes.

Mis pasos detuvieron mi velocidad de rayo para alcanzar a verla en la misma cama donde pasamos juntas todo. Lentamente caminé hacia ella, a encontrarme con su cuerpo ya sin vida. Nunca pensé que la tendría así entre mis brazos. Cerré los ojos, se detuvo el tiempo, indescifrable es lo que sentí. Mi cuerpo y su cuerpo entrelazados como siempre pero sin vida. Entrelazados en el último abrazo…un solo cuerpo…un solo amor.

Morir, morir,

morir sola

para quedarte

viviendo

dentro de

mi corazón

Disfruté tanto tanto cada parte

Y gocé tanto tanto cada todo

Que me duele algo menos cuando partes

Porque aquí te me quedas de algún modo

Ojala nunca sepas cuánto amaba

Descubrirte en los trillos de la entrega

Y el secreto esplendor con que esperaba

Tu reclamo de amor que ya no llega

Anda corre donde debas ir

Anda que te espera el porvenir

Vuela que los cisnes están vivos

Mi canto está conmigo

No tengo soledad

Si uno fuera a llorar cuando termina

No alcanzaran las lagrimas a tanto

Nuestras horas de amor casi divina

Es mejor despedirlas con un canto

Silvio Rodríguez